La inflación de cursos de todo tipo que ofertan las universidades españolas no es noticia; tampoco la baja calidad de muchos de ellos. Sí lo ha sido que la ausencia de filtros haya permitido colar alguno como el que organizó la
Sociedad Española de Astrología en la Universidad de Alicante para discutir la influencia de los astros en las relaciones de pareja y las implicaciones filosóficas y médicas de los 12 números-arquetipos zodiacales, entre otros temas; o las
charlas sobre autoconocimiento a través de la astrología celebradas en la Universidad de Lleida, donde la misma sociedad reivindicaba una titulación propia para lo que consideran una profesión. En Granada,
la Facultad de Psicología había programado el curso Constelaciones familiares, dando pábulo a las ideas del psicólogo Bert Hellinger sobre la existencia de un alma colectiva. El decanato anuló el reconocimiento de nada menos que ocho créditos por asistir, tras una iniciativa del bloguero César Calderón en
Actuable y las protestas de otros profesores y colectivos escépticos.
Sin embargo, las advertencias contra esta dinámica que persigue instrumentalizar los espacios académicos para la difusión de engrudos teóricos peligrosamente indigestos es un síntoma de decadencia cultural, y no sólo del pensamiento crítico, al que diversas corrientes y posiciones filosóficas han podido contribuir.
"...profesionalización excesiva; confusión entre filosofar e historiar; confusión de oscuridad con profundidad, al estilo de Husserl y Heidegger; obsesión por el lenguaje, al estilo de Wittgenstein; idealismo (por oposición al materialismo y al realismo); atención exagerada a miniproblemas y juegos académicos; formalismo insustancial y sustancialidad informe; fragmentarismo y aforismo; enajenamiento de los motores intelectuales de la civilización moderna: la ciencia y la técnica; y permanencia en la torre de marfil." (cfr. Entrevistas 21) |
Para los interesados en la historia y filosofía de la ciencia, o en problemas de ética aplicada que han sido objeto de debate público, los aspectos que señalaba Bunge resultan familiares. Sin embargo, en el cap. 8 (Diagnosis de la seudociencia, pp. 209-246) aborda un tema atípico, que apenas recibe tratamiento riguroso en la literatura académica, como es el de la demarcación entre ciencia y seudociencia en los múltiples dominios de problemas sujetos a controversia donde esa diferencia resulta crucial.
Bunge dedica varios aptdos. en ese capítulo a constatar el alcance del problema, la instrumentalización de ciertos debates académicos para reforzar puntos de vista que tienden a desfigurar la naturaleza del conocimiento científico o a difuminar las líneas de separación entre ciencia y seudociencia, tecnología y seudotecnologías.
Bunge entiende que
la actitud crítica propia de la reflexión filosófica rigurosa debe incluir el tomarse la molestia de lidiar con estos temas. Si renuncia a hacerlo, contribuye a fomentar puntos de vista con apariencia de rigor sobre temas de parapsicología, fantasías psicoanalíticas o cuestiones seudocientíficas que se intentan colar como protociencia o heterodoxia, y equiparables a cualquier discurso con pretensiones de racionalidad. Ante el gran público,
los charlatanes están consiguiendo en muchos casos situarse en posiciones de relevancia institucional similar a la de profesionales cuya actividad requiere una larga capacitación para adquirir y filtrar los conceptos y elementos teóricos imprescindibles para articular un discurso mínimamente riguroso sobre ciertos ámbitos de la realidad.
En 2012, continúa siendo una tarea pendiente de la filosofía académica, entusiasmada a veces con autores, escuelas, juegos de palabras y casos o ejemplos ni siquiera divertidos pero
reacia a entrar con determinación en cuestiones interdisciplinares de cierto calado, como la pobreza, los problemas ambientales, el acceso al conocimiento, el diseño de tecnologías al servicio de necesidades humanas genuinas, etc.
Quizás esta carencia explique el
auge de algunos blogs que abordan con agudeza corrosiva la abrumadora presencia de las seudociencias en la vida social, sus reiterados intentos de colarse en las instituciones académicas y la ligereza con que patrañas y supersticiones de todo tipo son propagadas por personajes y celebridades de la vida pública sin demasiadas luces. Algunos enlaces interesantes:
- Magonia. Una ventana crítica al mundo del misterio
- El peligro de no vacunar a los niños
- ‘Time’ considera la conexión entre las vacunas y el autismo uno de los más grandes fraudes científicos
- Hablando de ‘Escépticos’ y de escepticismo, en Canal Extremadura Radio
- La Universidad de Valencia concede dos créditos de libre elección por asistir a un congreso sobre la sábana santa
- El Colegio de Médicos de Vizcaya organiza un curso sobre homeopatía “porque, hoy por hoy, es una realidad social”
- ¿El Wi-Fi es peligroso para la salud?, en Radio Nacional de España
- Informe sobre las mal llamadas terapias alternativas del Ministerio de Sanidad
- Amazings.es
- Alerta magufo: ¡Príncipe abducido!
- Científicos vs Periodistas, en un diagrama
- Círculo escéptico
- Contra la financiación pública de las pseudomedicinas
- Timos habituales
- Ciencia y Pseudociencias, Universidad de la Laguna
- Dossier “Iker Jiménez”: El embuste de “Camposanto”
- Un blog contra lo paranormal y las seudociencias
- Carta a un griposo recalcitrante
- El retorno de los charlatanes
- Las mágicas constelaciones familiares
- Steve Jobs: la víctima
- Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU
El impacto de la superstición y la carencia de criterios para distinguir entre puntos de vista respaldados por consenso de los expertos o evidencias científicas y otros inspirados en mera ideología o mística seudocientífica está teniendo importantes consecuencias en el abordaje de problemas complejos como los relacionados con el cambio global y el incremento de la frecuencia e intensidad de fenómenos catastróficos ligados al clima.
Naomi Oreskes es una autora que ha dedicado un esfuerzo considerable a luchar contra la instrumentalización seudocientífica de la duda, para intoxicar debates y generar una percepción injustificada de división entre la comunidad científica ante ciertos problemas que simplemente deja el camino abierto a las prácticas comerciales de compañías u otros agentes con ánimo de lucro. Las estrategias de inmunización frente a la crítica suelen tener componentes comunes que la autora desenmascara con agudeza y amplitud de detalles. Estos enlaces son muy recomendables:
- [Vídeo] N. Oreskes (2010): Answering Climate Change Skeptics.
- N. Oreskes (2008?): The Scientific Consensus on Climate Change_How Do We Know We’re Not Wrong?[Present.]
- N. Oreskes (2005): Blinded by the Light? Ideology, Ignorance, and the Denial of Global Warming. [Present.]